Bombas
Las bombas empiezan a condicionar seriamente mi vida. Todo comenzó cuando me hice con unas cuantas bombas de la Segunda Guerra Mundial en una subasta, ejemplares de gran valor dignos de la vitrina de un museo. Antes de esto, ya me interesaban las bombas, pero (como suele suceder) el hallazgo estimuló aún más mi interés. Decidí ampliar la colección. Compré vitrinas para ir colocando mis bombas, pero pronto mi afán de coleccionista ocupó todo el espacio, y las bombas fueron repartiéndose por los cajones, los armarios, las mesas, las sillas y los rincones. Hoy, ya lo pueden ustedes ver, vivo totalmente rodeado de bombas, y debo caminar con cuidado para no tropezarme con ellas. Esta bomba de mi escritorio la compré porque estaba en oferta, las tres de los tiestos eran un 3X2, las del suelo son regalos, excepto esa tan bonita, la redonda, que la encontré en un remate. He pasado mucho tiempo las armerías, y casi siempre volvía con algo.
Sin embargo... últimamente ya no las frecuento tanto, y estoy tratando de no comprar más bombas. Tanta bomba empieza a ser un problema. El otro día abrí el armario para sacar una camisa, y cayeron de dentro por lo menos una veintena de granadas. Afortunadamente todas tenían el seguro bien puesto, y no estallaron, pero una me hizo un hematoma en el pie izquierdo, aparte del susto, naturalmente.
Incluso estoy pensando en mudarme de casa, abandonar aquí mi preciosa y peligrosa colección, y quizá llevarme tan solo mis piezas más antiguas y valiosas, mis queridas bombas de la Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo... últimamente ya no las frecuento tanto, y estoy tratando de no comprar más bombas. Tanta bomba empieza a ser un problema. El otro día abrí el armario para sacar una camisa, y cayeron de dentro por lo menos una veintena de granadas. Afortunadamente todas tenían el seguro bien puesto, y no estallaron, pero una me hizo un hematoma en el pie izquierdo, aparte del susto, naturalmente.
Incluso estoy pensando en mudarme de casa, abandonar aquí mi preciosa y peligrosa colección, y quizá llevarme tan solo mis piezas más antiguas y valiosas, mis queridas bombas de la Segunda Guerra Mundial.
5 comentarios
Stuffen -
white -
Aunque como monólogo cuentero resultaría genial, si es que tienes que hacer caso al cuentero nº ¿? Se me ha olvidado con tanta bomba.
Mu güeno.
white -
Goreño -
Cerro -
Un abrazo, y cuidado con las granadas de fruta.